¿Soy consciente de los conflictos?
Remo Entelman en su Libro Teoría de los Conflictos nos dice que la conciencia de un conflicto es un acto intelectual, se produce cuando un actor admite encontrarse con respecto a otro actor en una relación en que ambos tienen, o creen tener, objetivos incompatibles. Entelman (2002) dice se puede tener percepción de la incompatibilidad de objetivos y no tener conciencia de estar en conflicto, como ocurre cuando alguien cree que su pretensión no está jurídicamente prohibida, seguidamente agrega que quien así razona cree que no está en conflicto con el pretensor porque no se considera obligado a satisfacer la pretensión ajena. La pregunta que se hace un analista de conflictos es: ¿está presente un conflicto cuando los actores no tienen conciencia de su existencia? Los escritos que tratan este tema nos dice que para considerar la existencia de conflictos sus actores deben estar concientes del mismo, sin embargo otros analistas dicen que el conflicto puede ser un fenómeno objetivo, que su existencia no radica en la toma de conciencia por alguno o todos sus actores.
Kriesberg nos aclara la posición dualista dada en este campo de la conciencia de los conflictos, considera situaciones objetivas a las relaciones entre actores y sus creencias, luego las clasifica en conflictivas y no conflictivas; a las creencias destaca lo siguiente:
ambos crean que una relación es de conflicto,
ambos crean que una relación no es de conflicto,
uno de ellos crea que es de conflicto y el otro que no lo es.
Para comprender estas posibilidades generadas a partir de la conciencia del conflicto Kriesberg nos propone el siguiente cuadro analítico.
Creencia de las partes acerca de la situación objetiva
Situación Objetiva
Ambas creen que existe un conflicto
Una de las partes
lo cree un conflicto
y la otra no
Ninguna de las partes cree que existe un conflicto
Conflictiva
1
2
3
No conflictiva
4
5
6
El caso 1 del cuadro es cuando ambos actores tienen la creencia de que existe conflicto y por otro lado sus objetivos son incompatibles, esta es la situación en la que no es necesario concienciar a los actores sobre la existencia de conflictos.
En el caso 2 y 3 es cuando uno o ambos actores no perciben la presencia del conflicto, en esta situación se presenta la necesidad de concienciar a los actores sobre la existencia de conflictos. No se trata de una persuasión para convencer al o los actores sobre el conflicto, sino que el mismo sea desde la voluntad de este actor que se da cuenta sobre esta existencia, desde esa perspectiva el trabajo que pueda desarrollarse para encarar la resolución del conflicto se hace más viable. Como ejemplo podríamos comentar lo siguiente: una fundación que trabaja en el tema medioambiental visualiza que una determinada fábrica está contaminando una comunidad determinada, con peligros de producir enfermedades en la piel en un plazo de 2 a 8 años, sin embargo los pobladores no están concientes de esta situación, además de que muchos de sus miembros trabajan en esa fábrica; la Fundación inicia un proceso de concienciación trabajando con los líderes locales y las autoridades de la fábrica local; el proceso puede llevar su tiempo, lo importante es que se trata de encaminar la toma de conciencia de un posible conflicto a mediano y largo plazo que podría traer secuelas para la salud de toda una población. En un tiempo futuro, si la fábrica no considera como actor válido a la fundación y a los líderes de la comunidad para trabajar el conflicto, podrían entrar otros actores como la Secretaría de Medio Ambiente y el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, tampoco se puede dejar de considerar la participación de los medios de comunicación. Todo este proceso podría darse para la toma de conciencia y posterior trabajo en la resolución de dicho conflicto.
En el caso 4 ambas partes consideran que existe conflicto sin dificultarles en su relación objetiva, es decir, creen que tienen incompatibilidad de objetivos; la intervención de un tercero les ayudará bastante a mirar al conflicto para el mejoramiento de la comunicación de las partes y luego para concienciarse de la no existencia de incompatibilidades en los objetivos.
En el caso 5 se nota elementos semejantes a los casos 2 y 3. Una de las partes percibe existencia de conflictos, sin embargo objetivamente no lo hay, aquí se propone trabajar con el actor para que mire la situación desde otra perspectiva y de esa forma se de cuenta que el conflicto no existe. Aquí hemos de notar la importancia que reside entre la meta conflictiva y la meta asumida por el actor que presuntamente está en equivocación.
En el caso 6 no existe relación conflictiva y ninguna de las partes cree que existe esta alternativa, se presenta solo como una mera lógica del esquema.
Para un profesional de la resolución de conflictos es fundamental que los actores tomen conciencia para iniciar un proceso de resolución más productivo. En algunas ocasiones su trabajo consistirá en concienciar a las partes, ayudándolos a analizar conjuntamente las percepciones en relación al conflicto; a fin de determinar las consecuencias futuras derivadas de la situación conflictiva.
Bibliografía:
ENTELMAN, Remo F., Teoría de Conflictos", Editorial Gedisa, Barcelona, 2002.
CALCATERRA, R.A. “Mediacion Estratégica”, Editorial Gedisa, Barcelona, España, abril de 2002.